Nos enfrentamos a un desafiante proyecto: una vivienda de 28 m² con una iluminación bastante limitada en sus espacios. Desde el principio, nuestra idea fue maximizar la entrada de luz proveniente de dos maravillosos balcones que se asomaban al Paseo de la Florida. Para lograr este propósito, concebimos un diseño abierto, reduciendo al mínimo los tabiques para crear una sensación de amplitud y permitir una convivencia fluida entre los diferentes espacios, otorgando así una mayor versatilidad.

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Esta reforma abraza un estilo minimalista con cerramientos acristalados, donde la luz se convierte en la principal protagonista del hogar. Cada metro cuadrado se aprovecha al máximo, priorizando la funcionalidad y la luminosidad en cada rincón de la vivienda.